Esa tarde, la limusina negra se detuvo delante de la casa y bajó de ella un hombre de escasa estatura e impecable traje negro. Sin perder tiempo, caminó hacia la puerta y tocó. Segundos después abría la puerta una mujer de rasgos indígenas y uniforme de empleada doméstica.
–¿Se encuentra Andrés? –preguntó el hombrecillo a la mucama.
La mujer inclinó respetuosamente la cabeza al escuchar el sagrado nombre.
–No don Andrés –corrigió el hombre al darse cuenta del equívoco–, sino Andrés, Andrecito.
La empleada levantó la cabeza, asintió aliviada y guió al visitante hasta una habitación ubicada al fondo de un largo pasillo. Señaló la puerta con la cabeza y sin mediar palabra caminó de regreso a sus labores.
El hombre miró hacia el interior de la habitación. Ahí se encontraba Andrecito, sentado en la cama, con cara de ostensible sueño y vestido sólo con pantalones de mezclilla.
–¿Ya ejtas lijto, Andrés? –retumbó en ese momento desde el otro lado del pasillo la inconfundible voz.
–Ya casi, apá –contestó el joven con indisimulable pereza.
–Apúrate, que ya va a empezar el mítin –agregó el padre.
Andrecito miraba al visitante sin demasiado interés. Éste lo saludó con una inclinación de cabeza y señaló los pies desnudos del joven.
–¿Te ayudo? –dijo con voz meliflua al tiempo que se hincaba junto a la cama–. Veo que se te está haciendo tarde.
Andrecito asintió confiado con la cabeza: no le era raro ver gente arrodillada en su casa. Además eran apenas las tres de la tarde y a esa hora toda ayuda era bienvenida.
El malicioso hombrecillo aprovechó entonces que el joven estaba absorto buscando las mangas de su playera para arrojar debajo de la cama los humildes tenis tejidos a mano por artesanos oaxaqueños que el joven pensaba portar. Acto seguido extrajo de entre sus ropas un par de blanquísimos tenis Louis Vuitton, que sin perder tiempo colocó en los pies del hijo del líder.
Con envidiable agilidad se puso de pie y sonriente se despidió del muchacho.
–Suerte en la manifestación, Andrés.
El joven se miró en el espejo; finalmente se había logrado poner la camiseta y estaba listo para salir. Cuando se volvió para agradecer la ayuda, el hombrecillo había desaparecido.
A la mañana siguiente, cuando Andrecito miraba en los periódicos la nota en que se le criticaba por usar esos lujosos tenis, el joven se dijo –no sin amargura– que jamás volvería a aceptar que un hombrecillo con la cara de Salinas le ayudara a vestirse.
9 comentarios:
ke peisyyyy!!
pasando a saludar, un abraxxxo XD
me hace mucho reir tu blog... :D
El año pasado en el día de los inocentes, un diario (creo que Record)sacó un fotomontaje de AMLO comprando ropa en Sack´s, ahora vemos que a la vuelta de un año, toda fantasía se vuelve realidad si lo deseas con todo tu ser (Megan Fox, Megan Fox, Megan Fox) O_O
wow! y yo no sabia que lopez obrador tuviera hijos, o capacidad reproductiva...
el calzado que viste Andrés Manuel López Beltrán cuesta CIEN dolares, no mil. Cualquiera, con un poco de navegacion en internet, puede comprobarlo. Aqui el link
http://kanyewestshoes.us/kanye-west-x-louis-vuitton-dons-p-16.html?zenid=6e07344cfb49200015d5365b2fe4c52
Haiga sido como Haiga sido, es una falta de respeto tener un discurso de carencia contra los tennis LV. Digo.
Je je je que buen relato! :) pero bueno como todos dicen no? Primero los pobres :)
Saludos buentoneros
es la primera vez que paso por aqui y dejeme decirle que me gusto mucho su blog, espero andar aqui leyendole sin que le moleste.
saludos
Naaa. A mi no me engañan, se los debieron patrocinar, mira que casualida.
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