En los últimos meses Tuíter experimentó un crecimiento tan acelerado (incluso en nuestro país, en que lo único que crece es la angustia) que los medios empezaron a hablar de él. Resultó entonces, que tal como lo ordenó Rimbaud (que seguramente se orinaría en todos los que usan Blackberry o iPhone), que aquel que quisiera ser absolutamente moderno tenía que estar en Tuíter. Así que comenzaron a llegar las celebridades: desde mi Britney (@britneyspears) y sus más de 3 millones y medio de seguidores hasta todos los presidentes legítimos, espurios e imaginarios de este país, pasando por conductores de televisión, escritores y periodistas de todos los colores y aromas.
Algunas estrellas de la televisión abierta, como Shanik Berman (@shanikberman) o Yordi Rosado (@Yordi_Rosado) vieron Tuíter como una extensión de sus programas y comenzaron a tuitear con desparpajo y alegría los mismos chascarrillos y comentarios que les ganaron su ascenso al firmamento televisivo. La comunidad tuitera se encargó de demostrarles (con exceso de rudeza, tal vez) que ese público era muy diferente al de los pobres autómatas que les aplauden sus gracejadas.
A los periodistas no les fue mejor: acostumbrados a predicar desde la cómoda unidireccionalidad de los medios tradicionales, y a que el único contacto con la verdadera opinión pública consista en dar autógrafos, se encontraron con que en Tuíter eran cuestionados, rebatidos, criticados y exhibidos en su falta de juicio, cultura o veracidad. Algunos como Javier Solórzano (@JavierSolorzano) o Adela Micha (@Adela_Micha) se adaptaron inteligentemente, otros como Carlos Loret de Mola decidieron levantar un cerco a su alrededor y contrarios a la esencia de Tuíter optaron por evitar que sus tuits se hicieran públicos.
Con los políticos sucedió algo similar: un gran número de ellos apareció en las pasadas elecciones y como era previsible, en vez de los simpatizantes que esperaban, encontraron que los más activos interlocutores resultaron ser sus críticos y detractores, quienes los objetaban incansablemente e incluso (absurda e inaceptablemente) los insultaban. Terminando la campaña los que no ganaron, como Ana Guevara, desaparecieron; algunos como Guadalupe Loaeza (@gloaeza) regresaron valientemente a pesar de la derrota, y algunos que obtuvieron el triunfo, como Demetrio Sodi (@demetriosodi), se mantuvieron en contacto desde su nuevo cargo público y prometen atender desde ahí las quejas de los ciudadanos.
Caso curioso es el de Federico Arreola (@FedericoArreola), director del Sendero del Peje, órgano de difusión lopezobradorista, y colaborador cercano de AMLO, ha estado presente casi permanentemente en Tuíter desde hace unas semanas y a pesar de los ininterrumpidos y frenéticos ataques contra él (injustificadamente insultantes muchas veces), ha sido insólitamente tolerante y respetuoso, lo que desafortunadamente no sucede con muchos de sus empleados y seguidores, que cobardemente escondidos tras identidades falsas se dedican a atacar a todos aquellos que osamos pensar que tal vez AMLO no es el gran hombre que él cree ser.
En general, los políticos descubrieron que las frases huecas y prefabricadas en Tuíter no resultan igual de efectivas que en el radio y la televisión, y que los ataques no pueden hacerse con tanta ligereza como en otros medios de respuesta menos inmediata. De igual manera, se encargaron de demostrar que la gran mayoría pecan de intolerancia, intransigencia, falta de ingenio y sentido del humor, mala ortografía y un profundo desprecio por todos aquellos que piensan diferente.
Mención aparte merecen Felipe Calderón (@FelipeCalderonH) y Andrés Manuel López Obrador (@lopezobrador_) quienes a pesar de sus aparentes diferencias coinciden en estar presentes en Tuíter sólo a través de un chalán que publica únicamente datos aburridos y carentes de interés.
El reciente auge de Tuíter terminará por desinflarse cuando las celebridades acumulen un número de seguidores tan grande que imposibilite la comunicación bidireccional, y acaben por volver a ser meros emisores de contenidos.
Mientras tanto seguramente seguiremos atestiguando la llegada de las celebridades a Tuíter, ávidas de demostrarnos que aquí en cortito, no son tan maravillosas.
15 comentarios:
En fin, no me gusta el tuiter, pero, que le voy a hacer.
De acuerdo con la premisa general, aunque no estoy de acuerdo con todo. Por ejemplo, el caso Adela Micha: no creo que haya entendido aún de qué se trata ni que esté usando la herramienta de manera inteligente (además de que, efectivamente, la dinámica más en cortito de tuiter deja ver más descaradamente lo insultantemente imbécil que es). Lo cierto es que sí, cada vez veremos a más 'famosos' aquí y una parte de mí lo lamenta: es como cuando el puesto de tacos sabrosos de la esquina es descubierto por Televisa y se convierte en sucursal de El charco de las ranas.
Saludos.
La verdad, a mí twitter no me gusta nadita. Y no le veo dónde está lo extraordinario, pero en fin, como eso hay mil cosas.
Saluditos!
De acuerdo con Chila, creo que la mayoría no le han agarrado la onda a tuiter aun, tendrás que poner una escuelita de como yuitear para celebridades.
Muy buen post, me gustó.
Muy bueno, creo que asi como en la vida hay gente para todo con ideas muy propias y gente que no puede pensar por si mismo y le dejan ese trabajo a los "Lideres de Opinion" siempre es bueno escuchar todo y al final concluir con ideas propias muchas veces las ideas propias son iguales a la de los demas. Cosas que me molestan de Twitter:
Que los famosos se crean famosos y no entiendan que es una red social donde todos pueden participar pero siguen con su actidud de famosos.
Los "mini" de todos hay minis Adelas Michas, minis Pejes, Minis Calderones etc.
Desde mi punto de vista muy pocos originales pero los que hay muy buenos
Las Reglas del Twitter yo no las se, pero veo que hay reglas y la verdad no las veo de mucha utilidad, bueno no todas, para mi las que veo importantes y que si darian un orden es 1.El Twitter no es Messenger 2.No insultar las entradas 3.Partir del punto basico del mini blog, Que estas haciendo?? (What are you doing)
Soy una persona que le gusta usar el Twitter le veo un punto bueno, la red se hace mas social mas personal pues creo que la red nos estaba haciendo muy faltos de contacto humano y creo que el Twitter medianamente nos regresa al punto personal de la vida
Muy buena entrada, y las fotos con su comentario de tu blog estan poca madre. Saludos
Exactamente eso que dijo Chila. Necesitan un curso intensivo de Twitter y las reglas (que no hay, pero ellos deberían seguir) de lo que se debe y no hacer
Este es un gran post. Ojalá lo siguieras acutalizando, pues hay novedades sobre el tema todos los días.
Muy buen post, lo mismo había notado desde hace días.
Hay algunos "famosos" que todavía no le agarran la onda a Twitter y en lugar de interactuar entran a pontificar. #unfowllow
La verdad a mi me encanta el twitter y pienso que la razón de porque no encuentran políticos y periodistas la onda aquí es porque generalmente y en mi opinión quienes usamos el medio somos gente educada, es decir, informada, estudiada y no monigotes borrego o gente que apenas saben escribir, el refutar y criticar debería siempre ser antecedido de analizar
me has convencido, abrire mi tuiter aunque no me guste
Hola. como no tengo Tuiter, pasé a saludar por estos medios tan rudimentarios. Saludos.
ajajaj, me gusto mucho el texto, fijate que yo ni sabia que tantas "celebridades" tuvieran tuiter y estuve buscando las cuentas de los politicos a quienes mencionas.
curiosamente calderon tiene menos seguidores que lopez obrador, pero estan igual de tontos los dos, jajajaj
ufff, y yo que abri mi cuenta apenas hace 4 días...
Excelente post. Creo que por lo que menciones de Carlos Loret es por lo que más lo he estado jodiendo ahora: si se lleva que se aguante, pues. En cambio, con Federico Arreola si no he logrado llevarme bien tienes razón: es respetuoso.
La comidilla del día sigue siendo Yordi Rosado y algunos otros hatos de imbéciles. Viva tuiter.
Profeta! Ya se empezaron a salir uno por uno.
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