POR QUÉ ME GUSTAN LOS E-MAILS

10 contundentes razones por las que conversar mediante el correo electrónico es mejor que por la vía tradicional.

1. La comunicación se lleva a cabo por medio de la palabra escrita y no la hablada. Es bueno para los que tenemos una voz desangelada y una dicción de borracho con gripe.
2. Es el justo medio aristotélico entre la lentitud del correo tradicional y la velocidad vertiginosa y peligrosa de la conversación. Hay un saludable rompimiento de la línea del tiempo. Es como congelar un diálogo. Se tiene todo el tiempo para pensar en lo que el otro dijo, meditar la respuesta y formularla de la mejor forma posible.
3. Se elimina el desperdicio. En lugar de un diálogo plagado de palabras y frases vacuas producto de la casualidad, se trata de un intercambio económico de monólogos razonados.
   
4. No te pierdes en detalles estúpidos e inútiles como pedir el café, preguntar por la salud del interlocutor o cualquiera otra de las absurdas y castrantes formas de educación que sólo sirven para encubrir el golpe frío y duro de la realidad. Porque en el fondo nada nos aterra más que las palabras.
   
5. Con el correo electrónico no hay distracciones, ni interrupciones o sorpresas, sólo esencia. Tampoco hay arrepentimientos por las palabras dichas sin meditar.
6. No necesitas de valor para decir te amo o ya no te amo o cualesquiera de las otras cosas terribles que solemos decir.
   
7. No tienes que interrumpir al otro para hacerte oír. Los involucrados toman sus turnos ordenadamente y toman el tiempo que deseen para hablar.
   
8. Al tener lugar en un lapso de tiempo largo las conversaciones no están influenciadas por el humor de los interlocutores. Tú decides el momento ideal para escribir tu respuesta.
   
9. No pierdes el tiempo haciendo citas, acudiendo a ellas o cancelándolas.
   
10. No hay sorpresas desagradables como retrasos, la llegada de terceras personas indeseables, cambios de aspecto radicales y poco afortunados o los irritantes detalles que nunca faltan en las otras personas como el ruido al sorber la taza o la risa molesta.