sábado, junio 19

EL PUDOR DE LOS MARRANOS

Un hombre llegó a su casa y su esposa lo recibió con rostro serio. ¿Qué pasa?, preguntó él. Mira, contestó ella y acto seguido caminó hacia la sala donde se encontraban la televisión y el reproductor de DVDs. Sin agregar palabra la mujer oprimió el botón con el triángulo verde y encendió la televisión. Tras unos instantes apareció en la pantalla lo que parecía una película pornográfica de muy baja calidad. Pero pronto el hombre reconoció el rostro de la mujer: era Yovana, su secretaria. La posición de la cámara y de los dos cuerpos desnudos no le permitían ver la cara del hombre. No necesitaba hacerlo. Sabía que era él. Extendió el dedo y oprimió el botón con el cuadro. La pantalla se puso azul. 
¿Qué es esto?, aulló indignado el hombre. ¿Cómo te atreves a mostrarme esta infamia?, rugió. ¿No ves que esta grabación es una invasión a mi privacidad, un salvaje atentado a mis derechos humanos? La mujer iba a balbucear algo, pero el hombre no se lo permitió: ya iba camino a la puerta gritando que se sentía muy herido por esa traición y que le costaría mucho trabajo volver a confiar en ella. 

La reacción del marido suena inverosímil. Lo lógico es que al verse en la pantalla se echara a correr para evitar que su esposa le estrellara la televisión en la cabeza. 
Pues igual de inverosímil resulta lo que está pasando con Fidel Herrera, quien ahora resulta que es una víctima de inhumano espionaje.
El truco lo inventó López Obrador cuando la cámara captó a Bejarano llenando el maletín con billetes y el candidato presidencial en vez de condenar la deshonestidad de su colaborador (lo que evidentemente hubiera menguado su capital político) se dedicó a arengar acerca de la maldad que implicaba grabar a los políticos a escondidas, en lo que, con un candor inexplicable, bautizó como el compló. Sigo creyendo que con esa acción comenzó a perder la Presidencia de la República.

¿Es reprobable que se espíe y grabe a los políticos? Por supuesto, pero cuando gracias a esas grabaciones nos damos cuenta de que un gobernador tiene como pasatiempo el sexo con menores de edad, la violación de su privacidad es un mal menor y necesario.

Tuit: En la política actual, lo malo no es hacer marranadas, sino grabar a los marranos.

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Carlos Monsiváis fue sin lugar a dudas uno de los escritores mexicanos más prolíficos e influyentes del México moderno. Poseedor de una vastísima cultura, una aguda capacidad crítica y un afilado e insuperable sentido del humor, sus ensayos arrojaron luz sobre una realidad mexicana que frecuentemente aspira a la oscuridad. Fue además un apasionado e incansable promotor de la cultura mexicana. Su muerte deja un vacío difícil de llenar. 
Te extrañaremos, maestro.  


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Para el día del padre, compré libros en la Gandhi y descubrí que la nueva bolsa contiene dos faltas de ortografía. Esto es común en la publicidad mexicana, pero que suceda en una campaña basada en la promoción de la lectura resulta por lo menos paradójico. La campaña solía ser buena, aunque hace rato que se agotó. Ignoro quien lleve esta cuenta, pero este tipo de errores entran en la categoría de "imperdonables".


Si no los hallaron, llamen a Gandhi; están buscando creativos.

7 comentarios:

Lata dijo...

Algo raro sucede: le gana México a Francia y tú escribes algo serio.
Entonces va un comentario serio pero corto: totalmente de acuerdo contigo.
Zape, porque a ti no te doy abrazos.

Freddy dijo...

Tú lo has dicho: te vamos a extrañar maestro (ese adjetivo tan mancillado en nuestros tiempos, pero para Carlos, el adecuado, un maestro).

Sobre las grabaciones yo tengo mis dudas. Todos las han de usar, y todos han de tener una del otro, y el otro de uno más, y así.

Qué curioso que siempre las sacan en tiempos electoreros, y más curioso aún que las leyes de este país no las validen como pruebas.

La palabra privacidad no debiera existir en el asqueroso y sucio juego político del sistema mexicano, creo.

Saludos

Ratushka dijo...

Para tener media neurona, te funciona bastante bien. Me gustó el blog.Saludos desde Locombia.

El Tipo dijo...

Esto es histórico. Creo que por primera vez estoy en desacuerdo contigo, y mis razones son las siguientes.

Si bien un funcionario público es un servidor que debe obligatoriamente rendir cuentas en forma de declaraciones patrimoniales y ser muy abierto en relación a lo que marca la ley de transparencia, también no debemos negar que tienen derecho a la privacidad, aún con este tipo de marranadas.

¿El porqué? Por la simple razón que son ciudadanos. Hace poco nos quejábamos respecto a la ley judicial que pretendía ingresar a nuestras casas sin nuestro consentimiento y fuimos claros exigiendo privacidad. El argumento era muy lógico. El Estado NO tiene derecho a irrumpir en nuestros hogares, grabarnos y mostrarnos porque no pertenece a un ámbito colectivo, sino privado. El permitir el espionaje y la invasión de nuestro espacio privado por considerarlo "un mal menor" equivaldría a aceptar que el Estado decida sobre las mujeres en la cuestión del aborto, sería aceptar que se detuviera a un individuo solamente porque luce "sospechoso".

Justificar un "mal menor" por un "bien mayor" es maquiavélico y es algo que como ciudadanos no debemos jamás aceptar.

Ahora, creo que debemos dimensionar la situación con los cerdos gobernadores priistas, la gente debió de pedir su renuncia cuando se les señaló probables corresponsales en negocios de prostitución infantil. No porque se acostaron con una chavita de 17 años que además de tener ya un carácter formado, se nota la implicación de los padres en ello. Vamos! sería muy panista y de doble moral hacer la vista gorda en un caso y pedir sus cabezas por el otro...

Unknown dijo...

mE guzto muxo tu PoZt. ¿Califico para creativa de Gandhi?

Lo de Fidel Herrera: los políticos me dejan sin palabras y con una terrible disyuntiva, ¿lloro o me río?

Unknown dijo...

Si los políticos no cayeran en conductas turbias, las grabaciones ilegales darían como resultado escándalos de su vida privada y por lo tanto podrían protestar en contra del espionaje.

Pero al momento en que realizan actos ilícitos con recursos públicos, el acto no califica como "privado" y por lo tanto, es sujeto del escrutinio público.

Bada dijo...

jajaja no seas mamon... de verdad te pusiste a leer la bolsa???
te quierooo!!!!
es bueno volver...