miércoles, mayo 16

BELLEZA DE LUZ ROJA

Hoy la luz roja del semáforo me tocó exactamente frente a una gasolinera. En la banqueta que la circunscribía se encontraba un hombre joven y poco agraciado que agitaba un trapo rojo intentando atraer clientes a su bomba. Hacia él caminaba una niña de doce o trece años, largirucha, de rostro tosco y movimientos poco armoniosos, que paseaba un perro pequeño y sucio. A unos metros la seguía con paso cansado una mujer madura, regordeta, de aspecto anodino, presumiblemente su madre.

Cuando la niña se encontró justo al lado del hombre, éste agitó su trapo rojo frente al perro. El can ejecutó entonces una inesperada pirueta intentado atrapar el improvisado capote. En ese momento el hombre poco agraciado, la niña de rostro tosco y la mujer anodina se trenzaron en una sonrisa cálida y luminosa.

Súbitamente ahí estaba la belleza.

8 comentarios:

headbangirl dijo...

Qué bonito! Algo así me pasó hoy, pero soy una pendeja para contarlo... de donde sacas tus imagenes? no pinches mames!---->

Don Rul dijo...

La neta esta sí sucedió. Estaban el tráfico infernal, la contaminación, todos esos rostros grises e irritados que pueblan la ciudad y de repente apreció esa sonrisa grupal. Y hasta una bestia insensible como yo se conmueve con estupideces como esa. Mil gracias por darte una vuelta por aquí.

Plaqueta dijo...

Pensé que la historia concluiría en que no pudiste resistir la persuasión del trapo rojo y habías salido de ahí con más gasolina de la que necesitabas.

Mina dijo...

Así son las cosas que valen la pena en este lugar donde nos ha tocado vivir...Sin estética, aparecen súbitamente y no obedecen a patrones de moda ó economía...

Bonito :)

saludos,

Unknown dijo...

Me encantan estas súbitas demostraciones de sensibilidad. :D A mi me pasa todo el tiempo. :X

An dijo...

Siempre existe belleza, en todo, solo tenemos que aprender a encontrarla, :) un saludo

Marie Pain dijo...

Querido Diario..... ah no... dispense usted, es que después de leer este post se me antojó escribirle a mi diario un: Gracias por la anécdota.

Querido Don Rul,
generalmente no expreso vituperios, pero eventualmente se ameritan:

¡QUE CHINGON ESCRITO!

Tod dijo...

Buenito indeed